Cuando hablamos de disciplina reaccionamos de tal manera que se levantan
nuestras defensas mentales y en vez de valorar y apreciar esta palabra se
vuelve una forma de instigarnos, a la que de forma pasiva o activa queremos rehuir.
Podríamos definir la disciplina como esforzarnos en hacer lo que no queremos
hacer para tener lo que queremos tener.
En muchos momentos de nuestra vida nos vemos enfrentados a metas,
objetivos, anhelos, planes que requieren un esfuerzo y que aunque estos son
plenamente deseables no quisiéramos pagar el precio por tenerlos sino solamente
disfrutarlos y saborearlos sin entender que estos requieren un componente esencial
que es la disciplina.
Lo que realmente somos y vivimos es el resultado de la disciplina que hemos
tenido en cada aspecto de nuestra vida y esto no se puede comprar, no se puede
fingir solo se puede vivir, si real y conscientemente lo hemos hecho.
Pensamiento disciplinado
De forma intencional definimos aquellas cosas en las que queremos o hemos
decidido pensar, pero frecuentemente somos bombardeados por innumerables
pensamientos que nos sacan de nuestros pensamientos base y empezamos a navegar y
a movernos de lado a lado en diversidad de pensamientos. Mantenernos en un pensamiento de forma
intencionada y disciplinada permite que obtengamos profundidad, que
exploremos todas las posibilidades, que extendamos las fronteras de nuestra
mente al respecto, lo cual trae como consecuencia resultados y frutos
imposibles de lograr de otra forma.
Una buena forma de mantenernos en nuestros pensamientos es desocupando
estos pensamientos en un papel, para que estos vayan edificando y construyendo
algo mas profundo, y luego de volver a llenar nuestra mente, condensar estos
nuevamente en papel para seguir construyendo.
Emociones disciplinadas
Las emociones son parte de nuestra vida y es necesario vivir con ellas pero
no consentir lo que ellas nos quieren dictaminar, no se trata de dejar de
sentir se trata de experimentar y disfrutar de las emociones pero no dejar que
estas nos dominen, nos controlen y nos
dirijan.
Sabiamente el manual de instrucciones del hombre dice “Como ciudad derribada y sin muro es el hombre cuyo espíritu no tiene
rienda” Proverbios 25:28 es decir que tomar rienda de nuestras
emociones es esencial en la vida de todos los seres humanos y que hay gran
perdida y vulnerabilidad en un ser humano que es dominado por las emociones.
Acciones disciplinadas
Realmente es allí donde se materializa la disciplina, es allí, en las
acciones, donde realmente reflejamos la disciplina que existe dentro de nosotros.

Una buena ayuda para tener acciones disciplinadas es programar
actividades específicas, definir tiempos específicos, establecer
resultados específicos.
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